El buen barón borracho de aquel barrio, bagaba por los bares en busca de más bebida.
El banquero de la bahía le abalanzó una bala en la boca y le buscó una bañera para borrar y barrer su basura. El borracho bendecido por Benedicto, abandonó la barriada. El bestia del banquero, buscó un barrendero para buscar un basurero. Pero el basurero le boicoteó el bosquejo.